lunes, 1 de junio de 2009



El tiempo cura todas las heridas.
Puede que durante un tiempo nos deje abatidos y el dolor no nos deje caminar, pero siempre la vida nos regala un soplo de aire nuevo y nos da un empujoncito para tirar hacia adelante poco a poco.
Hoy me sentí orgulloso de una persona.
En cierto modo, hice este blog por y para ella, quise construirle un camino de baldosas amarillas donde sólo ella pudiera caminar y pudiera darse cuenta de lo importante que son las pequeñas cosas.
No sé porque, ella accedió y leyó cada una de las entradas, a lo mejor sin saber que cada episodio era una pequeña lección que quería darle. Creo que mas de una vez se dió cuenta.
Esta niña hoy me demostró que supo llegar sóla a su meta, que terminó su camino y hoy es feliz, se siente una mujer nueva, y yo digo con la boca bien llena :
ESTOY MUY ORGULLOSO DE TÍ.

martes, 19 de mayo de 2009



El que dijo "Ojos que no ven, corazón que no siente" era un gilipollas.

sábado, 16 de mayo de 2009

No todas las heridas son superficiales.
La mayoría de las heridas son más profundas de lo que podemos imaginar. No puedes verlas con la vista. Y luego están las heridas que nos cogen por sorpresa. El truco de cualquier tipo de herida o enfermedad es buscar a fondo y encontrar el verdadero origen del daño. Y una vez que lo has encontrado, intenta a más no poder curar ese golpe.

domingo, 10 de mayo de 2009


Llega un punto en la vida en el que oficialmente, eres adulto. De repente ya eres mayor para votar, beber y tomar parte en actividades de adultos. De repente, la gente espera que seas responsable, serio, un adulto. Crecemos, envejecemos.
¿Pero acaso hemos madurado de verdad?
De cierta manera, crecemos. Tenemos familias. Nos casamos, nos divorciamos. Pero la mayoría de las veces, seguimos teniendo los mismos problemas que cuando teníamos 15 años. No importa cuánto crezcamos o envejezcamos, siempre estamos tropezando, siempre haciéndonos preguntas. Siempre...jóvenes.

martes, 5 de mayo de 2009

El dolor adopta formas diversas, una punzada, una leve molestia dolor sin más, el dolor con el que convivimos a diario, pero hay un dolor que no podemos ignorar, un dolor tan enorme que borra todo lo demás, y hace que el mundo se desvanezca, hasta que solo podemos pensar en cuanto daño hemos hecho, como enfrentarnos al dolor depende de nosotros. El dolor anestesiarlo, aguantarlo, aceptarlo, ignorarlo. Para algunos la mejor manera de enfrentarse a el es seguir viviendo.
El dolor solo hay que aguantarlo, esperar a que se vaya por si solo y a que la herida que lo a causado cicatrice, no hay soluciones ni respuestas sencillas, solo hay que respirar hondo y esperar a que se calme. La mayoría de las veces el dolor puede aliviarse, pero a veces llega cuando menos te lo esperas, te da un golpe bajo y no te deja levantarte, hay que aprender a aceptar el dolor, porque lo cierto es que nunca te abandona y la vida siempre lo acrecienta.

jueves, 30 de abril de 2009

Si la vida ya es tan difícil, ¿por qué nos buscamos más problemas por nuestra cuenta? ¿por qué ese empeño en apretar el botón de autodestrucción?
Igual nos gusta el dolor, igual estamos hechos así, porque sin él, no sé, igual no nos sentiríamos reales.
“¿Porqué me sigo dando golpes contra la pared? Porque me hace sentir tan bien cuando paro...”

martes, 28 de abril de 2009


En la vida nos han enseñado que hay 7 pecados capitales. Todos conocemos los grandes... Gula, orgullo, lujuria. Pero no se escucha tanto hablar de la ira. Quizá sea porque creemos que la ira no es tan peligrosa, que se puede controlar. A donde quiero llegar es a que quizá no le demos a la ira suficiente importancia. Quizá pueda ser mucho más peligrosa de lo que creemos. Después de todo cuando se trata de comportamientos destructivos llegó a los 7 principales.
Así que ¿qué hace que la ira sea diferente a los otros 6 pecados capitales? Es muy simple realmente, te entregas a un pecado como la envidia, o el orgullo y solo te haces daño a ti mismo. Prueba la lujuria o la codicia y solo te harás daño a ti mismo y quizá a una o dos personas más. Pero la ira, ira es el peor de todos... el padre de todos los pecados... La ira no solo te puede llevar hasta el extremo, sino que cuando lo hace, puedes llevarte a demasiada gente contigo.